Nico Occhiato charló mano a mano con Seba Wainraich sobre sus inicios en los medios, el éxito de LUZU, lo bueno y lo malo trabajar con amigos, el desafío de conducir La Voz Argentina, su pareja, la crítica en redes sociales y las peleas mediáticas, el deseo de paternidad y más.
«Hoy parece una obviedad, pero antes había que explicarle a la gente qué era un canal de streaming. Me costaba explicar que había un programa dentro de un canal de YouTube y que cada uno tenía nombres diferentes, no existían varios contenidos dentro de un mismo canal», afirmó.
«Lo que pasa en el streaming hoy es lo más parecido a un barco: si tenés un programa malo, al otro día no te va a bajar la audiencia. Ahora, si tenés dos semanas malas, va a empezar a bajar. Lo mismo con lo bueno».
«Estoy muy pendiente de las métricas, de los números míos. Todo el tiempo tratamos de ganarnos a nosotros mismos», confesó. Y agregó: «Me siento más productor que empresario».
«Me dicen que imprimo una lejanía innata de la que yo no me doy cuenta, porque para mí yo soy así. Como que yo soy una persona que mete una distancia que yo no lo siento y no lo puedo creer. (…) Trato de que, cuando tengo que dar una mala noticia o marcar algo, hacerlo como me hubiese gustado que me lo hagan a mí. Es difícil que me veas enojado».
Sobre su relación con Flor Jazmín: «Somos un equipo bárbaro. Ella me conoce tanto que sabe todo lo que me pasa por la cabeza y lo que quiero que pase en el programa. Es una compañera que siempre quiero tener en el equipo. Me puso contento la decisión que tomó de priorizar su lado artístico».
Además, agregó: «Abrimos de la intimidad muy poco. Parece que contamos todo, pero re cuidamos lo nuestro. Lo íntimo de verdad y lo que nos pasa sabemos cuidarlo muy bien hasta dónde».
También habló sobre su deseo de ser padre: «Cuando uno está tan enamorado y tan bien, a nuestra edad es imposible no pensarlo ni imaginarlo, pero la realidad es que hoy no podríamos».
Sobre la crítica, dijo: «No le podés caer bien a toda la gente. Siempre tuve en claro que a la gente que le tengo que caer bien son a mis amigos, a mi familia, a la gente que trabaja conmigo y a mi círculo. Soy partidario de que cuanto más se habla de uno, es porque a uno le está yendo bien».