Recibimos a Nazarena Vélez en Vuelta y Media y habló de Suspendan la boda, la obra que va a llevar a Carlos Paz esta temporada. Además, reflexionó sobre el trabajo, el dinero, la familia y el amor.
«Estoy pasando por la perimenopausia y estoy exigida hormonalmente. Producir, preproducir, actuar y todo lo que eso significa te genera un estrés que por momentos no me banco tanto, pero bien», afirmó sobre su presente.
«Si bien tengo un equipo increíble, trato de estar en todo. A mí no me sobra… me tiene que salir bien», confesó. «Soy cautelosa, no hago lo que no puedo hacer».
«Soy muy generosa con todo mi elenco, porque pienso que siempre puedo ser yo la que está del otro lado. Me lo despertó la maternidad».
Sobre su relación con Gerardo Sofovich, con quien trabajó muchos años: «Era muy obsesivo del laburo y a mí me quedó esa conducta. Aprendí mucho. Con él no te podías llevar siempre bien».
«Cuando hacía Los Grimaldi tenía mucha plata. Hacía tres funciones diarias». «A mí la guita nunca me mareó. Me gusta la plata porque no me gusta pensar en plata. Tuve épocas difíciles, también. Todavía tengo quilombos de deudas, pero me los tomo relajada. Laburo mucho, me exijo mucho, pero también la paso muy bien».
«Cuando se murió mi hermano me di cuenta de que la vida es realmente hoy. Me gusta disfrutar el proceso de las cosas, pasarla bien».
Además, enumeró los cinco requisitos que tiene para una pareja y habló de su novio Santiago «El Bocha» Caamaño: «Es un padrazo y nunca fue padre, y nunca quiso ser padre. Nunca quiso ocupar un lugar que no correspondía, mis hijos lo aman. Es un genio».
Sobre trabajar con él, sostuvo: «No necesito trabajar con el Bocha. Si trabajamos juntos es porque nos queremos nos respetamos. Escucho mucho a Bárbara, somos todos socios. La directora la eligió El Bocha… No cagaría nunca mi relación familiar o de pareja por guita, porque lo podría hacer con otra persona».