En 2012 la Justicia uruguaya acusó a dos enfermemos de rellenar jeringas con morfina y aire, entrar a las habitaciones de los pacientes, algunos terminales y otros no, inyectarles las sustancias y provocarles la muerte. Algunos los llamaban «los ángeles de la muerte». ¿Mataban por piedad a los que no daban más? ¿O eran enfermeros asesinos?
«Recuerdo muy especialmente el caso no solo por lo impactante que fue, sino porque todos los periodistas que viajamos a Uruguay sentimos el desconcierto total todo el tiempo en el que lo estábamos cubriendo», contó Gisele Sousa Dias, tras su vuelta a Vuelta y Media.
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