Flor Halfon prometió no escribir ningún libro más tras ¿La corrupción mata? y volvió al ruedo con Favio Vigente. ¿Por qué? Porque es el sonido de su infancia, es el recuerdo de su papá cantando en su casa, es un ícono que debía ser reivindicado. «Fue un director de culto que se transformó en un director hiper popular; fue un tipo popular en todos los ámbitos que pasó (…) Favio fue fundamentalmente un artista que atravesó todas las vidas por las que pasó», cuenta la periodista. «Creó una nueva escuela en el modo de contar la marginalidad. Estuve todos estos meses enamorada de Favio», agregó.