Todo comenzó con un sueño muy extraño que compartió Diego Poggi en la mesa de Olvidate De Todo: Listorti tocaba la puerta de su madre para pedirle dinero y ella, indignada, pegaba patadas a la puerta que en la realidad eran las piernas de su marido. Anaís Castro redobló la apuesta con un amigo que soñó con una compañera, que gritaba su nombre y su pareja lo despertó con una jarra de agua fría en la cara. La pregunta es: ¿es infidelidad?