Gustavo Cordera charló con la mesa de Todo Pasa sobre el show que dio el sábado en Quilmes Rock y los rumores acerca de su reunión con Bersuit. También reflexionó sobre la polémica que desataron sus declaraciones en 2016.
«Pasó lo que esperábamos. Quedó muchísima gente afuera y fue lindo, fue folclórico, porque la gente que había pagado la entrada para ir a vernos se quedó afuera cantando y era conmovedor ver a la gente cantando afuera y adentro de la carpa. Fue un momento hermoso para nosotros después de muchos años. Fue un retorno».
«El año pasado tuve un encuentro con Pepi y con Juan para la reunión de Bersuit. Lo que me di cuenta en ese tiempo es que tuve todos estos años con una ilusión inconfesa para mí de creer que todo eso era posible».
«Yo no he sido invitado por la Bersuit a charlar, pero yo sí. Algunos accedieron (…), pero hay otra parte de la banda que se rehúsa a charlar conmigo. No tengo interés en estar en un lugar en donde no soy invitado».
«Me llevo muy bien con todo lo que fui, pero lo abandoné, eso ya forma parte de mi pasado. Estoy enamorado de las canciones, del arte, y creo en mí. En ese momento no estaba tan seguro, porque hacía canciones, pero estaba más montado en mi ego y en la provocación (…). La cancelación en sí fue el asesinato social de ese personaje».
«No quiero en este momento de mi vida darle la rienda suelta a la bestia que llevo adentro, porque es autodestructiva. Soy consciente de lo que soy capaz».
Por último, tocó tres canciones en vivo con su banda, incluida su esposa y su hija.